La confianza en la oración
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En Percy Jackson y el Mar de los Monstruos (2013), Percy trata
de hablar con su padre, Poseidón, en un lago cercano a su cabaña. Al pensar que
este no lo está escuchando, el joven semidiós se marcha. El espectador, sin
embargo, al ver que el agua se mueve, se da cuenta de que Poseidón sí estaba
presente. El chico no había confiado en que su padre lo oía, y por eso le había
hablado de forma apresurada y sin mucha confianza. Al contrario, su hermano
Tyson, el cíclope, acude a Poseidón sin dudas y con entusiasmo cuando necesitan
ayuda para cruzar el mar, y este les envía a un Hipocampo. En este caso, Tyson
habla con confianza con su padre, sabiendo que los ayudaría, lo que podemos
comparar a una oración hecha con fe.
¿Cómo oramos?
Estas dos situaciones nos llevan a pensar en los momentos en que oramos a
nuestro Padre, Dios. A veces lo hacemos, pero de mala gana, más por cumplir, y
asumiendo que Dios tiene cosas más importantes que hacer que ayudarnos. Aquí
debemos recordar que, como nos dice la Hermana Gabriela del Amor Crucificado en
la serie transmitida antiguamente en EWTN, De Corazón a Corazón: «la
oración que no sale del corazón del hombre no llega al corazón de Dios».
Dios quiere que oremos con confianza, sabiendo que Él nos escucha las 24
horas, los 7 días de la semana y los 365 días del año. Quizás nos cueste hacer
grandes oraciones. ¡No hay problema! Dios se pondrá sumamente feliz con una
sola palabra nuestra, pero dicha con amor y confianza. Si te cuesta hablar,
sólo detente a contemplarlo y ya estarás orando (puedes ir al Oratorio más
cercano a tu casa y dedicar un momento a la Adoración del Santísimo
Sacramento).
Consejos de algunos Héroes de Cristo
El joven beato Carlo Acutis solía decir: «Estar siempre
unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida». ¡Puedes convertirlo también en el
tuyo! Estar unido a Jesús es compartir cada acontecimiento en tu vida con Él:
si ríes, compártele el chiste; si lloras, deja que te consuele. Así podrás
crecer en tu relación con Dios.
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ConclusiónJesús nos dice que oremos siempre sin desanimarnos (Lucas 18, 1). Dios
tiene sus maneras de responder: quizás a través de la Biblia, de una persona o
de un acontecimiento. Tal vez no responda inmediatamente, pero ten plena
confianza en que escuchó tu oración y responderá en su tiempo perfecto. ¡Ora a tu Padre que está en el Cielo! Él está esperando, con todo su
amor, el momento de escuchar tu voz diciéndole: «Hola, Padre...». |
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Foto de la
portada: Teen Vogue |




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